Abel Quispe Misaico (68), sacristán de la Parroquia La Sagrada Familia en Ayacucho, fue declarado culpable de delitos sexuales contra un niño de 9 años que asistía a la catequesis.
La Segunda Fiscalía Superior Penal de Ayacucho logró la confirmación de la condena de cadena perpetua contra Abel Quispe Misaico (68), sacristán de la Parroquia La Sagrada Familia. Se le encontró culpable de cometer delitos contra la libertad sexual en perjuicio de un menor de 9 años de edad. Además, se le impuso el pago de 15 mil soles como reparación civil..
En 2019, el menor asistía a la catequesis en la mencionada Parroquia, la cual está ubicada en el distrito de Ayacucho, donde Quispe Misaico desempeñaba el cargo de sacristán. Aprovechando su posición, el acusado llamó al menor en septiembre de ese año y lo condujo al depósito, donde lo sometió a abuso sexual y le advirtió que guardara silencio sobre lo ocurrido.
«Los hechos objeto de la acusación consisten en que, un día domingo del mes de setiembre del 2019, el menor agraviado (en ese entonces de 09 años), siendo las 07 horas aproximadamente, acudió a la parroquia antes descrita, en compañía de su madre; así en el transcurso del acto litúrgico el menor se dirigió al baño pasando por el jardín –huerta y en el momento que retornaba apareció el sentenciado, quien lo llamó, ante lo cual el menor acudió a su llamado, y fue llevado e ingresado a un cuarto (depósito), lugar donde el sentenciado Abel Quispe Misaico, le obligó a sentarse en una silla, para luego abusar de él», señala parte de la sentencia.
Además, durante los meses de julio a diciembre de 2019, Quispe Misaico, habiéndose ganado la confianza del niño al obsequiarle regalos y dinero de manera constante, tocaba sus partes íntimas y lo besaba en la boca, amenazándolo para que no revelara los abusos sufridos.
«Los hechos de los que fue víctima el menor agraviado, los mantuvo en secreto debido a las amenazas del hoy sentenciado, quien además de aprovechar la inocencia del menor, le entregaba “propinas” de cuatro, cinco y seis soles, con el fin de obtener su silencio; sin embargo, el menor mostró desánimo en el último periodo de su catequesis, no quería asistir a la parroquia».
Posteriormente, la víctima reveló los hechos a su madre, quien interpuso una denuncia ante la Fiscalía Penal correspondiente. Es importante destacar que el condenado es hermano de Percy Quispe Misaico, uno de los principales párrocos de la mencionada Parroquia.